16 Feb Neuromoduladores en estética: qué son y cuánto dura el resultado
El uso de neuromoduladores en estética, aunque su término no es aún muy conocido, es un tratamiento que se realiza hace muchos años. Antes se hacía referencia a esta sustancia con otra nomenclatura, pero se trata de la toxina que reduce visiblemente las arrugas del rostro que se producen por el movimiento de los músculos: en la frente, el entrecejo y los ojos (concretamente, las patas de gallo). Sus efectos no son permanentes, pero sí son de larga duración. En este post te explicamos al detalle qué son los neuromoduladores en estética y durante cuánto tiempo actúan.
Neuromoduladores para arrugas de expresión
Este tratamiento minimiza la contracción muscular en la zona del rostro limitando la formación de arrugas, aunque conservando los rasgos faciales. Pero no solo reduce notablemente las arrugas, sino que también las puede prevenir. Su poder proviene de contener clostridium botulinum, un componente que es capaz de bloquear la unión neurona-músculo. De este modo, los neuromoduladores, aplicados en pequeñas dosis, reducen las arrugas de expresión (provocadas por gestos como sonreír o elevar las cejas, sobre todo).
Técnicamente, los neuromoduladores bloquean de la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor que se encarga de producir la contracción muscular. Pero cumple con esta tarea sin generar lesiones en las estructuras nerviosas. El resultado, por tanto, es que las neuronas no ordenan a los músculos que se muevan, lo que es sinónimo de evitar la aparición de arrugas de movimiento.
En esencia, debido a su mecanismo de actuación, los neuromoduladores hacen posible que disminuyan los pliegues de la piel en la frente y el entrecejo, y que se suavicen las patas de gallo. Este conjunto de arrugas faciales son las que se tratan con neuromodulación, ya que el resto deben ser trabajadas con otras sustancias, como el ácido hialurónico o la grasa propia purificada, por ejemplo.
¿Cuánto dura un tratamiento con neuromoduladores?
Generalmente, esta técnica ofrece resultados de seis u ocho meses de duración, aproximadamente. En consecuencia, es aconsejable que los pacientes se sometan a este tratamiento periódicamente. Teniendo en cuenta que la piel se alisa y la expresión rejuvenece, con la debida continuidad se puede lograr una mejora del aspecto facial mantenida en el tiempo.
Recordemos, además, que también es un método de prevención en la aparición de arrugas, de forma que limita la sensación visual de envejecimiento con el paso de los años. Se tensa el tejido cutáneo y tanto los surcos profundos como las líneas de expresión experimentan una reducción muy apreciable. Pensemos que, según transcurre el tiempo, estas arrugas se pronuncian con mayor fuerza, lo que se puede evitar con la tensión que irán proporcionando las sesiones de retoque una o dos veces al año.
¿Notaré los resultados inmediatamente?
En cuanto a la visibilidad de los efectos, estos no son inmediatos. El resultado es progresivo, y el alcance completo se puede ver tras siete días, aproximadamente.
Revitalización natural del rostro
Ya hemos señalado que, con la utilización de neuromoduladores en estética, se logra que los músculos faciales se relajen, previniendo la formación de arrugas de movimiento y suavizando las ya existentes. Pero, como valor añadido, se consigue un rostro y una mirada revitalizados. En otras palabras, una vez recibido el tratamiento no tendrás una apariencia estirada o acartonada, sino todo lo contrario, siempre que estés en manos expertas. No olvides que acudir a un especialista con titulación y experiencia es fundamental.
En ese sentido, los resultados de un tratamiento de neuromodulación llevado a cabo correctamente son muy naturales. La cara recupera su juventud, evitando el aspecto de piel envejecida y poco elástica. Pese a que no es una técnica que aporte luminosidad y tersura por sí misma, sí hace posible que el paciente perciba una mejora global de su expresión facial, incluso más saludable.
Evaluación personalizada antes del tratamiento
Cuando la persona acude a la consulta a realizarse una sesión con neuromoduladores, se le pide que gesticule elevando las cejas, frunciendo el ceño, sonriendo forzadamente, etc. Esta es la manera de diagnosticar cuáles son las zonas en las que es necesario aplicar la sustancia. Cada caso debe ser tratado conforme a su anatomía. La esencia de la neuromodulación es que el paciente observe menos arrugas en su rostro haciendo los mismos gestos.
Y después…
Por último, en preciso incidir en que la duración de los efectos de los neuromoduladores en estética no es un inconveniente; es positivo que no sean permanentes, ya que de otro modo no serían naturales.
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