07 Jun Tipos de Anestesia
Existen diversos tipos de anestesia, con nomenclaturas sobradamente conocidas -local, regional, general-. La administración de cada una de ellas dependerá sobre todo del tipo de operación que se vaya a realizar, así como las circunstancias particulares y el estado de la persona que se va a someter a la cirugía (constitución física, enfermedades, estilo de vida, edad, historia clínica, resultado de las pruebas preoperatorias… )
Anestesia general
Como explica la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor, con la administración de anestesia general el paciente permanece inconsciente y no experimenta ningún tipo de sensación. Para conseguirlo, se pueden emplear distintos fármacos en diferentes dosis, que el profesional determinará según cada caso y va ajustando permanentemente mientras usted está en el quirófano. Además, se controlan en todo momento las constantes vitales del paciente (respiración, tensión, circulación, etc..) gracias a la monitorización.
Con un equipo médico experimentado, y en un hospital que ofrezca todas las garantías, la anestesia general no es peligrosa. No debe tener miedos infundados. Los propios cirujanos afirmamos que en muchas ocasiones podemos trabajar mejor con este tipo de anestesia ya que el paciente está completamente dormido, no se mueve en absoluto – con lo que se evitan posibles movimientos indeseados de los instrumentos quirúrgicos- y además no sufre dolor físico ni inquietud psicológica alguna, lo que nos transmite a su vez una tranquilidad adicional para realizar nuestra importante labor.
Anestesia regional y anestesia local
Con la anestesia regional se consigue entumecer la zona del cuerpo que va a ser operada. El paciente, durante la intervención, permanece despierto o con una sedación ligera (o dormido si se le aplica una sedación completa), pero no experimenta dolor en ningún caso.
Cuando hablamos de anestesia local, la más «suave» de las anestesias que existen en la actualidad, el anestésico se aplica directamente sobre los tejidos de la zona exacta que se va a tratar en la intervención. El paciente, durante la intervención, también permanece despierto o con una sedación ligera (o dormido si se le aplica una sedación completa), pero tampoco experimenta dolor en ningún caso.
El paso siguiente sería ya la realización de la intervención quirúrgica. Finalizada ésta, llegada la fase postoperatoria, el paciente continúa monitorizado en un área de recuperación postoperatoria, siempre bajo supervisión médica y con las pertinentes medidas analgésicas, para así evitar las molestias que puedan ir surgiendo según se acerque el momento del «despertar».
Andres Diaz
Publicado a las 16:34h, 27 diciembreMuy buen aporte.
Estoy a la orden para ustedes.